La realidad es que los gobiernos saben casi todo de nosotros y nosotros poco de ellos y la privacidad no es más que un problema más a añadir a los muchos otros que ya tenemos en este país, en un momento en que se están cuestionando instituciones, que hasta la fecha creíamos sólidas, valores que entendíamos obvios, principios por los que nos regíamos y derechos que dábamos por adquiridos. En este entorno tan poco favorable, había motivos para que, en…